Madres 6

Madres 6

Una médium entraría en sus sueños. Detectaría a una y a otra. Sus vibraciones le llegarían en su búsqueda.
Habría que localizar desde dónde. La resistencia tendría que evitar ser detectada.
Ambas eran imprescindibles, tanto para ellos como para los evolucionistas manipuladores de cepas genéticas con dudosa finalidad.
Si lograra inmiscuirse en sus sueños, Laila podría desentrañar el camino para salirse de la influencia dañina.
Ella tenía esas dotes heredadas por vía materna. Era descendiente directa de aquellas que en otro tiempo fueron perseguidas y aniquiladas.
A la resistencia no le hizo falta buscarla. Laila supo de ellos y atrajo su atención a través de sueños conscientes. Entró en ellos paulatinamente.
Laila también miraba y veía. En realidad, Marcia y Aicram eran de su misma estirpe. Por eso tenían tan buena sintonía con ella.
De Laila no se conocía el origen ni la edad. Era una de las durmientes. Las durmientes eran mujeres que en otros tiempos habían sido perseguidas. Se sabía de ellas por sus acciones. A lo largo de las distintas vidas, evolucionaban y se reconocían. Lo humano no les era ajeno. Sufrían con el dolor de los demás y se alegraban cuando la vida vibraba en armonía. Eran testigos activos. Habían intervenido evitando muchos desastres ocasionados por el mal uso sobre los bienes naturales, pero no habían podido evitar tantos desastres y hambrunas.
No era el sistema natural el que tenía fracturas, eran los grupos humanos que expoliaban la base del sustento y explotaban a sus semejantes.
Laila tenía la misión de activar el cambio desde dentro. Para ello debía hacer que ellas confiaran y entendieran la dimensión de todo lo que significaba coordinarse con ella, porque desde su lugar, sin saber de lo demás, difícilmente podían entenderlo.
Para acceder a una mente intervenida tenía que no ser visible a los vigilantes y sí a ellas. Esa técnica requería de una energía grupal. Aunque fuera ella la pensante que comunicara con ellas dos, otras mentes debían activar la pantalla mental para evitar ser detectada. Lo hacían creando imágenes fantasma sustitutas.
La resistencia estaba dentro del sistema desde los inicios. Cada individuo cumplía una misión ajustada a lo que en el sistema relacional se esperaba, pero al tiempo sabía cómo comunicarse con sus semejantes y responder a la llamada para la acción. Habían recuperado formas de comunicación simbólica usadas en un tiempo en que ni siquiera se disponía de electricidad. Las ondas estaban intervenidas, no los gestos sutiles entre ellos. Era un lenguaje sígnico abreviado.

https://labrysmoom.wordpress.com/2023/04/05/madres-6/

Comentarios

Entradas populares de este blog

Madres 9

Madres

Madres 5